Wilheim Reich, dijo:
“Si tomamos el ejemplo de una ameba, que es un animal unicelular microscópico y esta compuesto de un núcleo, un protoplasma, una membrana y un campo energético. Cuando recibe estímulos nocivos y hostiles, se produce en ella una perturbación. La ameba se contrae.
Al cabo de un tiempo, si los estímulos desaparecen, la ameba se expande y vuelve a su estado inicial.
Pero si los ataques se repiten a intervalos regulares, la ameba ya no se vuelve a expandir. La ameba tiene ahora una coraza de ansiedad.
Si los ataques continúan y no se permite que se expanda, la ameba deja de moverse, se colapsa, pierde su tono, la membrana empieza a arrugarse y finalmente muere”.
La persona humana también tiene una “armadura caracterial” que es un molde cristalizado, formado por la represión de las emociones y sentimientos.
En resumen, tengamos presente el fenómeno de W. Reich sobre la ameba:
“La hostilidad externa provoca retraimiento. Cada vez que se hostiga a la ameba, se crea una membrana de aislamiento. El aislamiento del exterior ocasiona la autodestrucción”
Mantener el circuito permeable de comunicación requiere esfuerzo y entrenamiento.
Esa es una de las funciones del Coaching (entrenamiento) ejercitarse en mantener limpios los canales de comunicación.
Os dejo una ruta que me ha parecido muy buena y donde podéis profundizar sobre este apasionante tema…
http://www.orgonomia.com.ar/orgonomia/coraza.html
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